Más del 80% de las consultas que recibo en mi consultorio particular tienen que ver con problemas de ansiedad.

Recibo pacientes con una larga historia de trastorno de pánico, que luego de consultar con  médicos de todas las especialidades  llegan a mi consultorio abatidos, asustados y angustiados, solicitando alguna respuesta. Algunos alegan que intentaron todo para controlar los ataques pero nada dio resultado. Muchos están deprimidos y aislados, dejaron de juntarse con amigos, de hacer deportes, de viajar en transporte público, de ir a lugares cerrados; en fin, restringieron las salidas porque no quieren volver a experimentar la tan temida “crisis de pánico”.

El trastorno de pánico es un trastorno de ansiedad que se caracteriza por la aparición de dos o más crisis de pánico. Las personas experimentan un terror repentino, sin causa aparente, que alcanza su máximo nivel durante los primeros 10 minutos. Es muy común que por la intensidad física del trastorno, las personas se acerquen  a las guardias o acudan a la consulta médica.
La presencia de crisis de pánico no es suficiente para diagnosticar dicho trastorno, siendo necesario que la persona sufra ansiedad sobre el propio pánico: esto es, tener miedo de que ocurra la crisis, asociado a ideas catastróficas y cambios en la conductas para evitar volver a sufrirla.

El trastorno de pánico es uno de los trastornos de ansiedad más tratables

¿Qué es una crisis de pánico?

Es la aparición repentina de miedo o malestar intenso, que se acompaña de por lo menos cuatro de los siguientes síntomas:

  1. Palpitaciones o taquicardia
  2. Sudoración
  3. Temblores o sacudidas
  4. Sensación de ahogo
  5. Sensación de atragantarse
  6. Opresión o malestar en el pecho
  7. Náuseas o molestias abdominales
  8. Inestabilidad, mareo o sensación de desmayo
  9. Sensación de irrealidad o de estar separado del propio cuerpo
  10. Miedo a perder el control o volverse loco
  11. Miedo a morir
  12. Hormigueos
  13. Escalofríos o sofocaciones

Los ataques de pánico se caracterizan por el temor a cierto desastre o miedo a perder el control.

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Tratamientos eficaces: psicoterapia cognitivo conductual y farmacoterapia

  • Las normativas internacionales para el tratamiento del trastorno de pánico indican que tanto la farmacoterapia como la psicoterapia cognitivo conductual son las dos herramientas básicas más eficaces para tratar el trastorno de pánico y se aplican de forma combinada.
  • La Psicoterapia Cognitivo Conductual es la terapia psicológica que ha demostrado mayor eficacia para tratar trastornos de ansiedad. El protocolo para el tratamiento del trastorno de pánico incluye una instancia de psicoeducación, reestructuración cognitiva (modificación de las malinterpretaciones catastróficas acerca de las sensaciones temidas), exposición interoceptiva (exposición a las sensaciones físicas temidas y actividades o situaciones que el paciente evita por temor a tener una crisis), y técnicas de relajación y respiración diafragmática.

 

*Por Laura Flynn. Psicóloga. M.N. Nro. 44493. M.P. Nro. 84239. Integrante del Centro de Terapia Cognitivo Conductual (CTCC). Residente de Psicología de la Provincia de Buenos Aires. Cursante de la Especialización en Psicología Clínica y Terapia Cognitiva de la Universidad de Buenos Aires (UBA).